Este corregimiento de Landázuri también empieza
a padercer la presión del aumento de los cultivos de
coca y la proliferación de campos minados
La India, una región galardonada en 1990 con el Premio
Nobel Alternativo de Paz, hoy vuelve a ser escenario de combates
y desplazamientos, al punto de contar con el único
río del país que está controlado por
un grupo armado al margen de la ley.
Esta situación ha dado lugar a un informe de riesgo
de la Defensoría del Pueblo, que señala cómo
las autodefensas ejercen total control sobre el transporte
de carga y pasajeros por el río Minero, eje de la actividad
maderera, principal renglón económico del corregimiento
La India. De esa zona, un pentágono comprendido entre
los municipios de Landázuri, Cimitarra, Sucre, Bolívar
y La Belleza, han salido las dos últimas alertas de
riesgo del organismo.
La India es jurisdicción de Landázuri, al
suroccidente de Santander, pero su cercanía geográfica
lo ha vuelto un activo socio comercial de Cimitarra (Santander).
Cerca de 500 personas viven en el casco urbano, pero se estima
que en la región, que cubre predios de municipios vecinos,
habitan más de 8.000 personas.
Luego de ser por años el escenario de una escalada
violenta, que dejó un saldo de más de 500 campesinos
muertos por las balas guerrilleras y paramilitares, los habitantes
del lugar conformaron la Asociación de Trabajadores
Campesinos del Carare (ATCC) y una vez organizados subieron
al monte a llevarles un mensaje a los armados de lado y lado:
"A la guerra, no le jalamos".
Bartolo Correa, un campesino de 47 años, vocal de
la ATCC, asegura que con el establecimiento de las 12 mil
hectáreas de coca, que según estimativos oficiales
hay en la provincia, volvió a deteriorarse la situación
de la zona como cuando nació la asociación para
hacer resistencia.
El labriego sostiene que la llegada de la coca fue puesta
en conocimiento del Estado hace cinco años, pero nadie
hizo nada. "Nunca ha habido respuesta. Pasamos una solicitud
al PLANTE y les dijimos que aquí ya había por
lo menos 250 hectáreas sembradas; la respuesta fue
que debían haber por lo menos 5.000 hectáreas
de coca para poder invertir plata en la sustitución".
Esa cifra ya se duplicó y aún no hay nada.
La estrategia que utilizaron para abrir y mantener canales
de comunicación con la guerrilla, los paramilitares
y el Ejército, hoy se está quedando aislada.
"Ave María. Eso nos ha tenido tambaleando. Con
la guerrilla hace aproximadamente año y medio no hemos
tenido un contacto de diálogo y los paramilitares hace
tiempo nos están mamando gallo para reunirnos",
concluye Correa.
DESPLAZAMIENTOS "CONCERTADOS"
Como resultado del singular proceso de pacificación
de la zona, en La India se ha registrado un fenómeno
inusual. Aunque las autoridades dan cuenta de 236 familias
(alrededor de 1.000 personas) desplazadas por los enfrentamientos,
este fenómeno no ha podido catalogarse como 'desplazamiento
forzado'.
El defensor del Pueblo en Santander, David Augusto Peña,
asegura que las comunidades son advertidas, por alguno de
los bandos, de los combates que se proponen adelantar contra
sus enemigos con el fin de que se retiren de la zona y regresen
cuando cesen los disparos. "Eso no constituye un desplazamiento
forzado".
Pero los habitantes reclaman que se atienda esta problemática.
Isabel Cristina Escobar, secretaria de la ATCC, sostiene:
"Cada vez es más difícil volver, porque
quedan minados los caminos y ya los campesinos no pueden moverse
por donde acostumbraban. Muchos no quieren retornar".
La Defensoría señaló que se está
verificando el caso de las familias que no han podido regresar.
Sin embargo, el comandante de la Decimocuarta Brigada del
Ejército, general Edgar Cevallos Mendoza, aseguró
que la región "es un remanso de paz". Sus
declaraciones fueron hechas el martes pasado en el consejo
de gobierno que realizó la Gobernación en Landázuri.
Pese a la nueva amenaza, y al abandono al que se han visto
sometido por parte del Estado, los campesinos aseguran que
no se darán por vencidos en su intento de sacar adelante
la región.
WILSON FERNANDO VEGA
LA INDIA, LANDÁZURI (SANTANDER)
Enviado Especial de EL TIEMPO
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