El secretario de Estado norteamericano, Collin Powell, revisó
el programa y tomó una serie de medidas de tal forma
que se puedan evitar accidentes como en el 2001, cuando fue
derribada una avioneta civil que provocó la muerte
de una misionera estadounidense y de su bebé en Perú,
motivo por el cual fueron suspendidos los vuelos antidroga.
El anuncio formal se haría el próximo jueves,
una vez el presidente Uribe cumpla un año de su mandato.
"El secretario (Powell) firmó la recomendación
anoche y la envió al presidente", dijo un funcionario
de la Casa Blanca. "El presidente aún tiene que
tomar la decisión final sobre qué hacer, pero
creemos que estará de acuerdo con el secretario",
añadió.
"Uribe realmente quiere esto el jueves", indicó
otro funcionario. "Pienso que trataremos de satisfacerlo",
agregó.
Luego de la visita del Zar antidrogas a Colombia, John Walters,
quedó establecido que la Casa Blanca demorará
"unos meses más", la reanudación de
los vuelos en Perú, hasta que los pilotos incas estén
perfectamente entrenados para volar las aeronaves.
En aquella oportunidad, el caza peruano que derribó
por error la avioneta civil fue alertado por contratistas
de la CIA que viajaban en un avión de vigilancia estadounidense.
Pese a que la tripulación de la CIA tuvo dudas sobre
si el Cessna 185 que perseguían estaba traficando drogas,
el piloto peruano disparó contra la pequeña
nave, matando a Veronica Bowers, de 36 años de edad
y a su hija Charity, de tan sólo siete meses. El esposo
de Bowers, Jim, y su hijo de siete años, Cory, sobrevivieron.
El piloto Kevin Donaldson recibió un disparo en la
pierna y tuvo que ser operado para salvar su pie.
Un informe del Comité de Inteligencia del Senado
recomendó, en octubre de 2001, que la CIA no participara
más en este tipo de operaciones puesto que el derribo
de la avioneta fue totalmente injustificado y se debió
a que no se siguieron los procedimientos establecidos
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