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23 février 2004
EL TIEMPO
Nuevos tanques de guerra se usarán contra narcotráfico, terrorismo y grupos armados, dice Mindefensa

 
 


Jorge Alberto Uribe salió al paso de las críticas por la compra de 46 tanques AMX-30 a España, que el gobierno colombiano hará este año.

Ayer, en una rueda de prensa en el Palacio de Nariño, Uribe Echavarría desmintió versiones divulgadas el pasado fin de semana por la revista 'Cambio' que aseguró que los vehículos españoles serían destinados a la frontera con Venezuela, en La Guajira, para efectos de un conflicto con esa nación.

El Ministro precisó que ese armamento de artillería pesada no tiene como fin la defensa internacional, sino la disuasión y el control interno.

Uribe añadió que Colombia no adquirió estos equipos para alguna finalidad agresiva frente alguno de sus vecinos.

Agregó que los tanques serían ubicados en puntos neurálgicos de la red vial, la carretera Bogotá-Santa Marta, alrededor de El Carmen de Bolívar, cercanías a Valledupar y, especialmente, las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta.

Sin embargo, ante una pregunta sobre si eventualmente podrían estar en la frontera con Venezuela, donde hay grupos armados ilegales y tráfico de armas y droga, Uribe Echavarría aseguró: "Categóricamente, sí. Allí donde haya necesidad de tenerlos".

El Ministro de Defensa aseguró que el valor total de la compra será de 6 millones de dólares y no de cien millones. Los equipos estarán en el país al finalizar el presente año. Cada uno tiene un costo de entre 110 y 115 mil dólares y una vida útil de 13 años.

Expertos que pidieron no ser citados opinan que se trata de un auténtico regalo del gobierno español pues comercialmente cada tanque, en el estado que serán entregados, tiene un costo de medio millón de dólares.

"Serán 46 carros de combate, incluyendo 20 obuses, munición, revisión, mejoramiento y transporte hasta Colombia, y se pagarán con recursos propios", afirmó el Ministro.

La controversia

Los tanques, de diseño francés pero fabricación española, fueron construidos en la década del 70 y mejorados en equipamiento, motores y armamento.

La compra de estos tanques ha originado varias polémicas. En primer lugar porque, como lo dijo el ex canciller y ex ministro de Defensa de Venezuela Fernando Ochoa Antich, este anuncio rompe el equilibrio militar colombo-venezolano y puede iniciar una carrera armamentista.

En segundo lugar hay diferencias entre quienes creen que los tanques no sirven para un conflicto interno como el colombiano y los que opinan que sí tiene alguna utilidad.

Entre los primeros están el senador y ex ministro de Defensa Rafael Pardo, quien en la revista 'Cambio' afirmó que los tanques españoles no sirven para la topografía colombiana y que su peso, 36 toneladas, y características los hace inoperables.

El experto en seguridad nacional y terrorismo Andrés Villamizar es de la misma opinión de Pardo.

A su juicio es una compra absurda para enfrentar el conflicto colombiano, porque es un arma para territorio plano.

"Equivale a comprar un martillo para matar moscas", afirmó, pues, según su criterio, los tanques solo tienen razón de ser en caso de un conflicto externo.

Lo mejor para el caso colombiano, según Villamizar, es un vehículo liviano blindado, como los tanques 'Cascabel' y 'Urutú'.

Por el contrario, Román Ortiz, profesor del Centro de Estudios para el Desarrollo Económico de la Facultad de Economía de la Universidad de Los Andes, afirma que en términos de compra de equipo militar no hay que ser tan extremos en separar el conflicto interno del externo.

"Los tanques pueden servir par el conflicto interno y externo, y viceversa. La potencia de fuego y la protección de fuerza que proporciona este tipo de carros son útiles para el conflicto interno, en la medida en que los grupos armados ilegales operan en terreno llano y carretera", aseguró.