Esta disminución fue superior a la
observada en los demás países andinos y constituye
además la tercera anual consecutiva desde el año
2000.
Aunque destacó ampliamente la reducción neta
del 16 por ciento, la Oficina contra las Drogas y el Delito
de la ONU (UNOCD) reconoció, con algo de preocupación,
que los cultivadores y narcotraficantes del país apenas
han comenzado a adaptarse a la estrategia de erradicación
que adelanta el Gobierno de Colombia con el apoyo de E.U.
Según la ONU, que entregó en Washington su
más reciente evaluación sobre las tendencias
de los cultivos de coca en la Región Andina, Colombia
pasó de 102.100 hectáreas que había en
diciembre del 2002, a 86.300 en el 2003.
Esta última cifra equivale a una reducción
de casi el 50 por ciento de los cultivos de la planta en el
país desde cuando la producción llegó
a su pico en el año 2.000 (163.300) y coincide con
la infusión de fondos que ha hecho E.U. en el país
a través del Plan Colombia.
Pero la alarma de la ONU viene por otros frentes. En primer
lugar, y el más novedoso, es que los cultivadores están
desarrollando una variedad de la planta que produciría
muchísima más coca que las especies que se utilizan
en la actualidad.
Según Antonio María da Costa, director Ejecutivo
de la UNOCD, no tienen evidencia todavía de que ya
se esté sembrando la planta, pero sí de su existencia
y pruebas de laboratorios que demuestran su alto rendimiento.
Además, afirma da Costa, los cultivadores han optado
por sembrar las plantas de manera estrecha para maximizar
la tierra utilizada, ubicar los cultivos en montañas
y laderas que dificultan la fumigación o esconderlas
bajo bosques y sembradíos de pan coger.
Así mismo, están atomizando los cultivos. Es
decir han pasado de los cultivos industriales que eran fácilmente
detectados por los radares a pequeños cultivos en remotas
regiones donde no llegan las avionetas de fumigación.
Hoy, dice el estudio, el 93 por ciento de los cocales del
país tienen menos de tres hectáreas de extensión
y representan casi el 70 por ciento del total de cultivos
en el país.
El funcionario también subrayó como las grandes
reducciones en áreas del país como Putumayo
y Guaviare han sido compensadas con cultivos en otros departamentos.
Meta, por ejemplo, presentó un aumento del 38 por ciento
y Nariño otro 17 por ciento. Nariño, de acuerdo
con la ONU, es hoy responsable por el 20 por ciento de la
coca que se cultiva en Colombia.
Embajador Moreno admite esfuerzo
El embajador de Colombia en E.U., Luis Alberto Moreno, presente
durante la entrega del reporte, admitió que existe
un esfuerzo de los productores por elevar la capacidad de
su producto, pero que el gobierno tomaría medidas al
respecto. “El hecho, dijo, es que en tres años
redujimos casi el 50 por ciento los cultivos en el país,
cuando se suponía que nos demoraríamos cinco
en hacerlo”.
Pese a las tendencias que se evidencian en Colombia, la ONU
se mostró optimista por los resultados en la lucha
contra las drogas en el país y el resto de la región.
“Es el resultado más alentador que hemos visto
en los cinco años que llevamos estudiando el fenómeno
de la coca en la región andina.
A la reducción colombiana se sumó también
otra en Perú del 5 por ciento que, sumadas, equivalen
a disminución del 20 por ciento del total de la coca
en la región Andina. Sostiene la ONU que las 153.000
hectáreas de coca que quedan en Colombia, Perú
y Bolivia representan el número más bajo registrado
en tres lustros.
Preguntado sobre por qué el precio de la coca no aumenta
en las calles de E.U. –que indicaría que hay
escasez y que por lo tanto los esfuerzos están dando
sus frutos- Da Costa explicó que se debía a
una disminución de la demanda.
De acuerdo al Zar Antidrogas de E.U. John Walters, en los
últimos dos años el consumo de drogas entre
adolescentes en ese país ha bajado un 11 por ciento.
POR SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de ELTIEMPO
Washington
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