Jorge Alberto Uribe salió al paso de las críticas
por la compra de 46 tanques AMX-30 a España, que el
gobierno colombiano hará este año.
Ayer, en una rueda de prensa en el Palacio de Nariño,
Uribe Echavarría desmintió versiones divulgadas
el pasado fin de semana por la revista 'Cambio' que aseguró
que los vehículos españoles serían destinados
a la frontera con Venezuela, en La Guajira, para efectos de
un conflicto con esa nación.
El Ministro precisó que ese armamento de artillería
pesada no tiene como fin la defensa internacional, sino la
disuasión y el control interno.
Uribe añadió que Colombia no adquirió
estos equipos para alguna finalidad agresiva frente alguno
de sus vecinos.
Agregó que los tanques serían ubicados en puntos
neurálgicos de la red vial, la carretera Bogotá-Santa
Marta, alrededor de El Carmen de Bolívar, cercanías
a Valledupar y, especialmente, las estribaciones de la Sierra
Nevada de Santa Marta.
Sin embargo, ante una pregunta sobre si eventualmente podrían
estar en la frontera con Venezuela, donde hay grupos armados
ilegales y tráfico de armas y droga, Uribe Echavarría
aseguró: "Categóricamente, sí. Allí
donde haya necesidad de tenerlos".
El Ministro de Defensa aseguró que el valor total
de la compra será de 6 millones de dólares y
no de cien millones. Los equipos estarán en el país
al finalizar el presente año. Cada uno tiene un costo
de entre 110 y 115 mil dólares y una vida útil
de 13 años.
Expertos que pidieron no ser citados opinan que se trata
de un auténtico regalo del gobierno español
pues comercialmente cada tanque, en el estado que serán
entregados, tiene un costo de medio millón de dólares.
"Serán 46 carros de combate, incluyendo 20 obuses,
munición, revisión, mejoramiento y transporte
hasta Colombia, y se pagarán con recursos propios",
afirmó el Ministro.
La controversia
Los tanques, de diseño francés pero fabricación
española, fueron construidos en la década del
70 y mejorados en equipamiento, motores y armamento.
La compra de estos tanques ha originado varias polémicas.
En primer lugar porque, como lo dijo el ex canciller y ex
ministro de Defensa de Venezuela Fernando Ochoa Antich, este
anuncio rompe el equilibrio militar colombo-venezolano y puede
iniciar una carrera armamentista.
En segundo lugar hay diferencias entre quienes creen que
los tanques no sirven para un conflicto interno como el colombiano
y los que opinan que sí tiene alguna utilidad.
Entre los primeros están el senador y ex ministro
de Defensa Rafael Pardo, quien en la revista 'Cambio' afirmó
que los tanques españoles no sirven para la topografía
colombiana y que su peso, 36 toneladas, y características
los hace inoperables.
El experto en seguridad nacional y terrorismo Andrés
Villamizar es de la misma opinión de Pardo.
A su juicio es una compra absurda para enfrentar el conflicto
colombiano, porque es un arma para territorio plano.
"Equivale a comprar un martillo para matar moscas",
afirmó, pues, según su criterio, los tanques
solo tienen razón de ser en caso de un conflicto externo.
Lo mejor para el caso colombiano, según Villamizar,
es un vehículo liviano blindado, como los tanques 'Cascabel'
y 'Urutú'.
Por el contrario, Román Ortiz, profesor del Centro
de Estudios para el Desarrollo Económico de la Facultad
de Economía de la Universidad de Los Andes, afirma
que en términos de compra de equipo militar no hay
que ser tan extremos en separar el conflicto interno del externo.
"Los tanques pueden servir par el conflicto interno
y externo, y viceversa. La potencia de fuego y la protección
de fuerza que proporciona este tipo de carros son útiles
para el conflicto interno, en la medida en que los grupos
armados ilegales operan en terreno llano y carretera",
aseguró.
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